viernes, 8 de abril de 2016

Pablo Iglesias o la ilusoria sensación de libertad


La última comparecencia de Pablo Iglesias me ha hecho volver a mi teoría sobre la manipulación lingüística y comunicativa que está siendo la base de las comparecencias e intervenciones del Secretario General de Podemos. Desde hace tiempo me recuerda lo que pude estudiar en el Doctorado sobre Teoría de la comunicación: cómo utilizar el lenguaje, todo el lenguaje, no sólo las palabras. El retraso en la reacción se basaba en eso, en preparar esa estrategia de palabras sugestivas. Analizando de una forma sucinta el contenido de la comparecencia:

 
  1. Una frase muy habitual: los ciudadanos merecen la verdad. No dice que los demás mienten, sino que yo digo la verdad; por tanto, el receptor aprecia sugestivamente que tiene la libertad de pensar que los demás le están engañando. Esta forma de hablar es muy habitual. Iglesias no suele utilizar verbos como pensamos, consideramos, sino que utiliza a la ciudadanía como referente. Los ciudadanos quieren libertad, quieren la verdad, quieren voz, quieren soluciones. Asimismo, utiliza constantemente aseveraciones: exploramos un gobierno progresista, hemos hecho propuestas. No dice que los demás no lo han hecho, pero sugieren, en una ilusoria sensación de libertad de pensamiento, que los demás no lo han hecho.
  2. Otra de las argucias se basa en justamente afirmar algo, “no te pongas nervioso” con el objetivo de que el otro tenga que negar ese hecho. Pero ¿es real el hecho? No importa si es real o no, has provocado, con el lenguaje, una realidad en el que se ve inmerso el otro sin saber cómo le ha llegado. Argucia muy útil en interrogatorios. Dentro de esa misma táctica estaban las frases que dedicó a Pedro Sánchez “esto dicen de ti” o “te están mandando lo que debes hacer”, fomenta un discurso que él mismo ha creado, ayudado por la difusión del mensaje, con lo cual se lograr que se hable de ello y no de la resolución de problemas y de los programas, que es lo sustancial.

  1. Otra frase memorable: “me alegro de que el PSOE recoja el programa de Podemos”. Cosa curiosa hoy, pues parece que ya no lo recoge. No importa, ya nadie lo recuerda. Con esa frase negaba la acción del otro. Como también hoy ha dicho que fueron los primeros en proponer. No, fueron los primeros en poner líneas rojas.

  1. Otro de los elementos son la utilización de las palabras fetiche: cosa harto conocida y que parece olvidada. Entre ellas están: cambio, casta, poderosos. ¿A qué se refiere con todo ello? Nadie se ha parado a analizar el contenido de estas palabras porque solo tienen un significado dentro de su discurso. Los poderosos son, en muchas ocasiones, diferentes a cada persona. Cómo definir a un poderoso: ¿es aquel que tiene dinero o aquel que tiene dinero y lo dedica a investigar?  La prensa es poderosa y el Congreso y los diputados que tienen el poder de decidir. Son palabras fetiche que llaman a la emotividad y no al pensamiento.
 
  1. Tras las elecciones, crearon una realidad en el discurso y esa realidad es el referente, por eso muchos tienen la sensación de que cuando habla cualquier cargo de Podemos parece que el discurso sea el mismo, que se repita. Porque el discurso es el referente, no la realidad. Bien es cierto que en su discurso incluyen problemas reales de la gente, no todos, sino los más visibles.
 
  1. Para no alargarme, termino con las preguntas a sus militantes definidas por el propio Iglesias como claras y honestas. Nada de eso, son sugestivas, totalmente. La primera “quieres un gobierno basado en el pacto Rivera-Sánchez” , pone a Rivera por delante, no es algo porque sí, tiene su significado. Pero lo importante viene con la segunda pregunta:  “¿Estás de acuerdo con la propuesta de gobierno de cambio que defiende Podemos, En Comú Podem y En Marea?”. Ahí te lo dejo, el Gobierno del Cambio lo protagoniza…. Cómo van a responder sí a la primera. Imposible, sería negar el dichoso cambio, que no sé a qué se refiere con eso si a quítate tú para ponerme yo.

No me quiero alargar porque merecería un análisis mucho mayor que este, realizado en media hora. El problema fundamental en este tipo de estrategias es banalizar los problemas, en el sentido de que la solución a los mismos se queda, a veces, en el propio lenguaje. Por ejemplo: derribar la realidad europea o la economía global, calificándola como enemiga a batir, sólo es un artificio, ya que sólo lograrás combatirla en el discurso, no logras cambiar esa realidad a no ser que estés dentro, asumiendo esa realidad y peleando desde dentro por cambiarla como sugirió José Luis Sampedro, como termitas. Es lo que le pasa a Podemos cuando llega a las instituciones, el discurso no puede sustentarlo en la realidad. Acaba así en un verdadero esperpento, como en Navarra, donde llegó a manifestarse contra sí mismo.


Y que conste que yo esperaba  que llegasen a un acuerdo, aunque no querría a Iglesia en ningún consejo cercano a los medios de comunicación.

2 comentarios:

Eduard J. Verger dijo...

Doctora Beuvain: Lo mejor de su certero análisis es lo revelador que resulta si se aplica a su propio discurso. Enhorabuena.

Marta Elía Beuvain dijo...

No soy doctora